En los días de fiesta la ciudad se transforma en un lugar de calma y tranquilidad y con un día frío y de lluvia lo que más provoca es arroparse bajo las sábanas para disfrutar de una buena película y descansar (por lo menos ese suele ser mi caso generalmente, jeje).
En esta oportunidad preferí hacer algo diferente, pero que me permitiera disfrutar del calor de mi hogar y la compañía de los míos, así que me propuse ofrecer una tanda de empanadas a nuestros más allegados. Junto a mi marido, y fiel ayudante, creamos una rica variación de la original receta de Empanadas Chilenas, la cual es la que más conozco y con la que he tenido mayor experiencia preparándola.
Variación porque en vez de rellenarlas con el típico pino chileno que consiste en carne y cebolla y su tradicional agregado de huevo duro, pasas y aceituna, decidimos crear un nuevo relleno inspirado en el rico hogao colombiano mezclado con pollo, sazonado con su caldo y con el toque personal del chef.
Desafortunadamente esta tanda no alcanzó a ser devorada por todos, pero debido al éxito que han tenido entre mis comensales saldrán nuevas variedades entre semanas acorde a las peticiones solicitadas y a sus gustos personales.
Apetitosa por fuera y deslumbrante por dentro... Una empanada, una sorpresa, de parte de mi inspiración.
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